G.D. Read estudió con detenimiento el sistema neuromuscular del útero afirmando que tiene tres capas de fibras musculares: las longitudinales, las circulares y las intermedias.
Las longitudinales están inervadas con el sistema nervioso parasimpático (snps) que se activa con la relajación.
Las circulares están inervadas con el sistema simpático (sns) que se activan con el peligro.
Y éstas dos trabajan acompasadas.
Cuando perdemos el compás por un estado continuado de estrés, el sns se activa por peligro y las fibras se rigidizan. El músculo pierde elasticidad. Vive en estado permanente de contracción.
Su falta de latido y expresión conllevan al útero espástico poner el grito de dolor en el ciclo menstrual y/o el parto.
Conectar con el placer para “soltar” inhibiciones sociales autoimpuestas deja a nuestra MÁXIMA esencia corretear libre de juicio o de valoración externa.
Sólo nosotras, conectadas a la Tierra con nuestro cuerpo y nuestros deseos.
¿Sigues sintiendo su latido? ¿Sigues bailando con su música?
La conexión con tu cuerpo es la brizna esperanzadora para abrirte a sentir, para abrirte a sanar.
Siente cómo tu cuerpo te pertenece. Y tu placer, también.
Reconecta con el movimiento de tu pelvis.
Visualiza tu útero como un órgano vivo y resplandeciente que baila como un pez en el agua.
"Mi experiencia con Shiatsu comenzó un tanto escéptica. Yo me encontraba en un momento de mucho estrés y esto derivó en problemas a nivel digestivo. Tras la 1era sesión, mi postura cambió radicalmente. Mi cuerpo ya no estaba agarrotado, me sentí menos ahogada la respiración y me encontraba en un estado mental más calmado. Esa misma tarde, descansé muchísimo y con cada sesión, he ido viendo mejoras también en mis digestiones."