El invierno es la estación de los huesos.
Los huesos que conforman tu esqueleto.
Y si escuchas oirás cómo se regenera con la invitación de la quietud del frío invernal.
Convirtiéndose en sostén de nuestro porvenir en las próximas estaciones.
La estación del máximo Yin.
El Yin siendo lo más material respecto al Yang. Siendo la Tierra frente al Cielo. Siendo la estructura frente a la función.
El que cultiva el Yin, cultiva la salud.
Y si no lo hacemos aparecerán: dolores lumbares, insomnio, infertilidad, menopausia prematura, depresión, alergías, roturas de tendones y ligamentos, ansiedad, cansancio crónico e incluso osteoporosis temprana.
¿Cómo cultivar nuestro Yin en invierno?
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Práctica la meditación y la contemplación
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Acuéstate temprano y levántate tarde
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Haz deporte que conserve tu energía (Yin Yoga, Qi Qong, senderismo…)
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Pasa tiempo contigo mism@
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Nutre tu Yin con acupuntura o shiatsu
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Come alimentos oscuros (arándanos, remolacha, sésamo negro, miso, castañas, sopa con huesos, hojas de color verde oscuro…)
Si te abres a la magia del Yin con quietud y recepción descubriás el fluir de las aguas que conforman tu esqueleto.
¿Lo sientes?
"Mi experiencia con Shiatsu comenzó un tanto escéptica. Yo me encontraba en un momento de mucho estrés y esto derivó en problemas a nivel digestivo. Tras la 1era sesión, mi postura cambió radicalmente. Mi cuerpo ya no estaba agarrotado, me sentí menos ahogada la respiración y me encontraba en un estado mental más calmado. Esa misma tarde, descansé muchísimo y con cada sesión, he ido viendo mejoras también en mis digestiones."