El invierno es la estación de los huesos.
Los huesos que conforman tu esqueleto.
Y si escuchas oirás cómo se regenera con la invitación de la quietud del frío invernal.
Convirtiéndose en sostén de nuestro porvenir en las próximas estaciones.
La estación del máximo Yin.
El Yin siendo lo más material respecto al Yang. Siendo la Tierra frente al Cielo. Siendo la estructura frente a la función.
El que cultiva el Yin, cultiva la salud.
Y si no lo hacemos aparecerán: dolores lumbares, insomnio, infertilidad, menopausia prematura, depresión, alergías, roturas de tendones y ligamentos, ansiedad, cansancio crónico e incluso osteoporosis temprana.
¿Cómo cultivar nuestro Yin en invierno?
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Práctica la meditación y la contemplación
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Acuéstate temprano y levántate tarde
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Haz deporte que conserve tu energía (Yin Yoga, Qi Qong, senderismo…)
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Pasa tiempo contigo mism@
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Nutre tu Yin con acupuntura o shiatsu
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Come alimentos oscuros (arándanos, remolacha, sésamo negro, miso, castañas, sopa con huesos, hojas de color verde oscuro…)
Si te abres a la magia del Yin con quietud y recepción descubriás el fluir de las aguas que conforman tu esqueleto.
¿Lo sientes?
"Realmente una experiencia maravillosa, no conocía la acupuntura y mi madre y yo somos ya fieles a Eva García, una chica profesional humana cercana y resolutiva. A mi madre con 82 años y estenosis de canal le ha aliviado esos fortísimos dolores que tenía. Trato personal exquisito. Y a mi Jesús Ramón tengo acúfenos y en una sola sesión ya he notado mejoría. Seguiré dándome acupuntura con ella."