1. TOMAR PROTEÍNA VEGETAL (zanahoria, ajo, cebolla, pimiento verde, pimiento rojo, lechuga, espinacas y manzana) ¡Estos alimentos contienen arginina lo que favorecerán el flujo sanguíneo de tu útero!
2. INGERIR FIBRA (verduras, frutas y cereales integrales como la avena) Esta maravilla ayudará a eliminar las toxinas de tu cuerpo.
3. DECIR SÍ A LAS GRASAS NO SATURADAS (pescado azul, pipas de calabaza, nueces, almendras, avellanas y aceite de oliva virgen extra) Vas a alucinar porque gracias a su alto contenido en Omega 3 y Omega 6 mejorará la calidad de su semen y de tus ovocitos (células sexuales femeninas ) aumentando vuestra fertilidad además de regular vuestro sistema hormonal. La caña…
4. INVITAR A TU PLATO A LAS VITAMINAS ¡SON UNA MARAVILLA!
🔸El ácido fólico está en acelgas, espinacas, col y legumbres que te ayudarán a prevenir malformaciones en el feto.
🔸La B6 que se encuentra en algunos alimentos como las patatas, conejo, pavo, anacardos y hígado regulará la progesterona y el estrógeno.
🔸 La B12 ayudará a que el nivel de sus espermatozoides sea mayor y la encontrarás en las vísceras, huevos, lácteos, almejas y mejillones.
🔸¡No te olvides de la famosa vitamina C! Porque aumenta la movilidad de los espermatozoides de tu pareja (naranja, mandarina, kiwi, limón, pomelo, fresas, tomate, brócoli, pimientos)
🔸 La vitamina A (mantequilla, leche entera, calabaza, albaricoque, verduras de hoja verde) favorecerá las hormonas sexuales.
🔸Y por último ¡la más cómoda de tomar! La vitamina D porque sólo te hace falta una tumbona lo que fomentará el buen funcionamiento del aparato reproductor de ambos.
5. Y con estos famosos minerales (I, P, Fe, Se, Zn) no te líes porque están en todos los alimentos anteriores.
La clave está en no obsesionarnos, comer según nuestro instinto y mantener una dieta variada. Evitar el consumo de drogas, tabaco, alcohol, cafeína, grasas saturadas y azúcares potenciarán exponencialmente la fertilidad en la pareja.
Y sobre todo, ¡disfrutar del proceso!
"Mi experiencia con Shiatsu comenzó un tanto escéptica. Yo me encontraba en un momento de mucho estrés y esto derivó en problemas a nivel digestivo. Tras la 1era sesión, mi postura cambió radicalmente. Mi cuerpo ya no estaba agarrotado, me sentí menos ahogada la respiración y me encontraba en un estado mental más calmado. Esa misma tarde, descansé muchísimo y con cada sesión, he ido viendo mejoras también en mis digestiones."